Desarrollo Historico de la Escuela Penitenciaria Nacional 

El cuerpo de Custodia y Vigilancia del medio penitenciario y carcelario de Colombia, encontró en los años de la década de los sesenta, una importante oportunidad para entrenarse y organizarse para el manejo de los Establecimientos Carcelarios y Penitenciarios. Esta situación de cambio se hizo evidente con el desarrollo de corrientes de pensamiento jurídico, criminológico y penitenciarísta de origen europeo, básicamente de Italia y España donde la presencia de nuevas metodologías de tratamiento Penitenciario estaba en boga por la época, como la rehabilitación y la resocialización, para la creciente población interna de reclusos en el mundo.

Sería entonces el Mayor Bernardo Echeverri Oss, el encargado de canalizar estas ideas cuando precisamente durante esos años, había terminado estudios en Derecho penitenciario en la Universidad de Roma e incursionado en teorías latinas sobre el tratamiento re-socializador y la formación para la administración penitenciaria. El entonces Presidente de la República Dr. Guillermo león Valencia, hizo un llamado importante al Dr. Echeverri, para ponerlo al frente de la Dirección General de Prisiones, quien por su perfil se mostraba como la persona ideal para el cargo. Al asumir la Dirección general, efectúo un diagnóstico institucional, en el que se consideró urgente adelantar una reforma jurídica de la Norma Penitenciaria y un ente ordenador de la formación de los custodios, propósito que se materializó con el diseño del Código Penitenciario, Decreto Ley 1817 del 17 de Julio de 1964, en el que se proyectó la Escuela Penitenciaria Nacional, según lo establecido en el artículo 93. Este acto administrativo fue promulgado por el Presidente de la Republica, doctor GUILLERMO LEÓN VALENCIA, en virtud de las facultades extraordinarias que le concedió el Congreso de la República en la Ley 27 de 1963, siendo Ministro de Justicia el Dr. Raimundo Emiliani Román.

La Escuela Penitenciaria Nacional nace con la misión primordial de formar, educar y entrenar la Guardia Nacional Penitenciaria según Acta de Fundación, el 1° de Marzo de 1965 que ratificó su creación, siendo reconocido como su fundador el Señor Mayor Abogado BERNARDO ECHEVERRI OSSA, en ejercicio de sus funciones como Director de la Dirección General de Prisiones y su primer Director fue el Dr. Darío Vera Jiménez

En este mismo año de su creación, se iniciaron las labores en las casas fiscales de la Cárcel de Distrito Judicial la Modelo de Bogotá, ubicada en la carrera 56 N° 19-30, con un curso de 25 uniformados para capacitarlos como suboficiales y oficiales del Cuerpo de Custodia y Vigilancia Penitenciaria Nacional. Al año siguiente, en 1966, se le dictó el Estatuto Orgánico con el Decreto 1522, que le otorgó el carácter de Institución Docente y de Investigación paso importante para darle cuerpo a la Institución naciente.

El Gobierno Nacional, previendo cumplir con tan importante propósito, adquirió en compra y venta un inmueble en 1972 y se lo donó al Fondo Rotatorio del Ministerio de Justicia, para que tres años después tomáramos posesión de sus instalaciones ubicadas en el Municipio de Funza, en la Vereda La Isla, vía a Cota, Kilómetro tres, donde actualmente funciona, que durante años perteneció a la familia Vásquez Téllez que por sucesión, en 1950 pasó a la familia Cuellar que lo denominó como la Cofradía de Santa Lucia, en referencia a su propietaria, Lucia Cuellar de Cuellar, representante de la Sociedad Devota Pía Salesiana de Colombia, cuyo servicio religioso curiosamente data de 1964, paralelo a nuestro anterior Estatuto Penitenciario. Las instalaciones del Seminario Salesiano son parte de la actual obra, aún pareciera que en las aulas de la Escuela, se sintiera el eco religioso, con la prosa de Goethe, la lectura de Santo Tomas, el sentir de los Salmos o las enseñanzas de San Francisco de Sales en palabras de San Juan Bosco fundador de dicha congregación en 1859.

Es necesario resaltar que durante estos años de existencia de la Escuela Penitenciaria Nacional, la misión institucional se ha fortalecido con la asunción de nuevos enfoques y concepciones que nos han permitido proyectarnos con vigor en el campo educativo, buscar nuevos horizontes, atender nuevas exigencias y lo más importante, el compromiso con el desarrollo de estrategias educativas para incrementar la calidad formativa de diversos agentes sociales.

Durante las décadas de los años sesenta y ochenta, la Escuela Penitenciaria Nacional no sufrió modificaciones en lo que respecta a su parte axiológica o relativo a sus fines y misión. Los mayores cambios se sentirán en los noventa donde se amplía el campo de formación a todo el personal del ramo de prisiones hacia el científico y técnico penitenciario; se introduce la temática de los Derechos Humanos, el Tratamiento Penitenciario y el uso de la informática.

Con la Ley 65 de 1993, Código Penitenciario, se abrió un nuevo episodio para la vida institucional como lo diría el lema del primer Simposio de Criminología y Asuntos penitenciarios, “Emerge de las cenizas como el ave fénix”. Dicho Código señala que la Escuela como Subdirección hace parte del sistema Nacional Penitenciario y capacita al personal para ejercer funciones de custodia y vigilancia; determinó los programas de educación permanente y de formación. Al año, se fortaleció la normatividad con el Decreto Ley 407 de 1994, que estableció la Misión institucional del Centro de formación en la planeación, organización y realización de los cursos de formación, orientación, capacitación, actualización, especialización y complementación, centrando su filosofía en programas académicos con énfasis en la seguridad, formación integral, valoración humana, táctica carcelaria y proyección profesional.

La Escuela Penitenciaria recibió el nombre de Enrique Low Murtra en la celebración del Día del Guardián el 28 de Junio de 1996, como reconocimiento a sus virtudes académicas, valores humanos e institucionales y realizaciones en beneficio de la paz a la cual ofrendó su propia vida.

Finalmente, con la expedición del Decreto 300 de 1997, se procede a la descentralización administrativa y operativa del INPEC, creándose cinco subdirecciones y enmarcando entre ellas el Centro de Formación como “La Subdirección Escuela Penitenciaria Nacional”.

Con una amplia normatividad, la Escuela Penitenciaria Nacional, se ha preparado para formar a los aspirantes, orientar a los profesionales que aspiran a ingresar como oficiales, complementar la información de los auxiliares bachilleres seleccionados para ingresar como Dragoneantes a la carrera penitenciaria, perfeccionar los conocimientos de los funcionarios para ascender, profundizar los conocimientos teóricos y prácticos de una determinada rama o área del servicio penitenciario y a divulgar e informar sobre estudios y conocimientos relativos a nuestro campo. Esta trayectoria ha generado un desarrollo lento producto de la problemática socioeconómica por la que atraviesa el país, lo cual redunda en el funcionamiento y exigencias por maximizar los recursos para el cumplimiento de los objetivos.

Hoy somos lo que la experiencia ha construido:

Desde el punto de vista formativo se ha insistido en propiciar el desarrollo humano y personal mediante el estímulo al cambio de actitud, el liderazgo, la promoción de los Derechos Humanos, el compromiso institucional y la participación en actividades culturales, deportivas, sociales y religiosas.

En cuanto al desarrollo del talento humano y organizacional se desarrollan capacidades investigativas en torno al medio penitenciario buscando el desarrollo de estrategias de solución.

En la fundamentación jurídica se analizan los principios generales del derecho, el sistema de justicia y su proyección penitenciaria.

En el desarrollo técnico se proporcionan las herramientas y prácticas de las nuevas técnicas penitenciarias indispensables para garantizar la seguridad en los Centros Carcelarios.

En la incursión de la aplicación del Tratamiento Penitenciario a través de propuestas doctrinarias de diversas metodologías como la prevención, la protección y la Valoración Humana de las personas privadas de la libertad que quieren ser reconocidos como sujetos de Derechos y Deberes. Para ello se diseño la asignatura Pedagogía Penitenciaria” con su respectivo estudio y micro currículo

Y en el entrenamiento técnico administrativo se desarrollan las capacidades comunicativas para aminorar el uso de la información y la atención de servicios a los usuarios.

Para cumplir con estos derroteros implícitos en nuestra Misión, la Escuela Penitenciaria Nacional, viene impulsando importantes procesos de reforma tendientes a convertirse en una Institución de Educación Superior, líder en la generación de procesos de desarrollo humano integral, procurando un profesional facilitador del cambio hacia la modernización como Escuela de pensamiento penitenciario.

Paralelo a esta auto evaluación con fines de acreditación, La Escuela vivió un importante proceso de modernización que se inició con el apoyo del Gobierno Nacional, quien aprobó una especial partida para ampliar y adecuar la infraestructura física construyendo un edificio de aulas, su capilla, y adecuando áreas administrativas y de alojamiento. Dentro de la estructura física, se cuenta con áreas deportivas, de sanidad, salas de profesores y de sistemas, cafeterías, comedores y una planta de tratamiento de aguas residuales. Se entro a la era informática constituyéndonos en una de las pocas instituciones inteligentes con procesos informáticos, y en marcha la organización de laboratorios de audiovisuales, ingles, Derechos Humanos, criminalística, sala de informática, biblioteca virtual y apoyos didácticos modernos

El trabajo es integral, lo que llevó a revisar las funciones de estudios e investigaciones penitenciarias y criminológicas, currículo, planeación, bienestar estudiantil, extensión, admisiones, nóminas y liderazgo en la capacitación en ISO 9000, auditorias, inducción o actualización de funcionarios y calidad del servicio penitenciario en atención y tratamiento de las personas privadas de la libertad.

El convenio con la Embajada de los Estados Unidos, también puso su mirada en este desarrollo, tanto tecnológico como manejo técnico de internos, hoy contamos con nuevas líneas de formación acordes a modernas técnicas penitenciarias, aplicadas en correccionales, estamos haciendo tránsito hacia el enfoque de la atención y manejo de personas privadas de la libertad mediante principios certificados normativamente.

La Escuela Penitenciaria Nacional EPN, está viviendo un importante proceso de desarrollo y modernización, el cual esta mediado por los logros de la certificación en el Sistema de Gestión de Calidad, por parte de la empresa, BUREAU VERITAS, quienes por tercera vez nos certifica en ISO 9001:2000, el proceso de gestión formativa, hoy incluido en otro mayor denominado gestión humana. Para la EPN, entonces es fundamental este reconocimiento que pone de relieve la integralidad de sus procedimientos, donde confluye como fortaleza la malla curricular de esta Administración de la Seguridad Penitenciaria y entre otras, el carácter de la investigación científica institucional.

Instituciones como la reconocida Universidad Santo Tomas, desde hace unos seis años, viene acompañando a la EPN, en el diseño y construcción de estudios, abalados en un Convenio, que hoy sigue dando frutos. Cada parte contractual viene aportando lo suyo, La Universidadconsolidando la Especialización y Maestría de la Psicología Jurídica y nosotros en la comprensión del penitenciarísmo como una disciplina que ha tomado cuerpo en el confín del conocimiento, con reflexiones en la búsqueda de una concepción que nos proyecte como una Escuela de Pensamiento. Los logros del Convenio Universidad – Escuela – INPEC, se materializan en la participación de prácticas de futuros profesionales, en la vinculación de expertos en la administración penitenciaria, en la exposición de teorías y doctrinas en el análisis académico y en el aporte documental de trabajos con proyección institucional expresos en la Página Institucional www.inpec.gov.co, el Inpec como institución, estudios penitenciarios. Podrá consultar entre otros: Sistema de Tratamiento progresivo, Pedagogía penitenciaria, Normograma Penitenciario, Subcultura canera, Prisionalización de internas, realidades socioculturales de reincidentes, Diagnóstico de la función de Policía Judicial en el Inpec, problemática sociopsicológica de la guardia, Sociología en el penitenciarismo, etc.

La Escuela Penitenciaria Nacional cuenta con una estructura organizacional dada que le confiere una Inspección de orden administrativo y seis Grupos que a su vez se subdividen en áreas de trabajo donde la denominación de funciones, programas y estrategias han sido expresión de las políticas direccionales del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario INPEC. La Escuela como Centro de Formación única en materia penitenciaria conoce y evalúa la problemática carcelaria para diseñar con base en esta exigencia la formación de sus funcionarios.

Actualmente proyectamos adelantar la incorporación de cursos de Formación aspirando atender el Plan de Gobierno de presentar nuevos Dragoneantes necesarios para resolver el déficit de funcionarios y proyectarnos a atender las necesidades que implica acabar con el hacinamiento de las cárceles, de igual manera, los cursos de ascenso expresando un nuevo modelo curricular de amplia diversidad académica y de servicio, basado en una exigente selección, garantía de transparencia y futuro organizacional.

La Misión Institucional nos proyecta a dar un gran paso: Convertirnos en la ESCUELA NACIONAL DE ALTOS ESTUDIOS PENITENCIARIOS para “Ser la mejor Institución penitenciaria de Educación Superior en Latino américa, acreditada por la calidad en sus Procesos de Formación Humana y Penitenciaria, con énfasis en la potencialización de la prospectiva, la idoneidad, excelencia, la formación de lideres integrales y respeto mutuo como paradigma en las relaciones interpersonales.” En esto está empeñada esta administración y el esfuerzo de sus gestores educativos y comunidad académica,

Hoy como entonces, trabajamos por lo que queremos y creemos en la calidad del servicio, la calidad como aptitud para el logro de fines legítimos, por un país mejor, como contribución a la paz y desarrollo de los hijos de la patria.